Las Críticas de Kant

Kant critica los siguientes aspectos de las éticas materiales:

Una ética es material cuando tiene un contenido: indica cual es el fin que todo hombre debe perseguir: la felicidad, la perfección, el placer, el dinero, lo útil...A parte de fines, también propone los medios que son más adecuados para conseguir el fin propuesto. Ej: "Si quieres ser feliz (fin), busca el placer(medio)"; "Si quieres tener mucho dinero, busca un buen trabajo".


1) Son empíricas o a posteriori: Los preceptos o normas y el contenido se basan en la experiencia. Ej.: "los epicúreos dicen que el placer es el fin del hombre porque la experiencia nos dice que desde niños buscamos el placer". Y la experiencia nos demuestra que la política produce disgustos: "si quieres ser feliz, apártate de la política"

2) Son heterónomas: El sujeto no se da a sí mismo sus propias normas de conducta siguiendo su propia razón, sino que su voluntad viene determinada desde fuera, siguiendo las costumbres o usos sociales, o bien desde dentro, siguiendo sus inclinaciones o deseos y no su razón.




La ética kantiana es formal, vacía de contenido. Es a priori, no empírica, porque debe ser universal y necesaria para todos los hombres. Es categórica, no hipotética, porque sus juicios deben ser absolutos, o lo que es lo mismo, las acciones que cada uno realice deben poder ser universalizables y convertirse es ley para todos. Y por último, es autónoma, no heterónoma, porque es el sujeto el que debe determinarse a obrar, a darse a sí mismo su ley con la sola determinación de su razón.

"El deber no debemos entenderlo como una imposición exterior, sino más bien como un sentimiento de auto obligación que conduce a realizar aquello que consideramos correcto no porque nos convenga o nos guste, simplemente porque es lo correcto."


"Otro se ve apremiado por la necesidad a pedir dinero en préstamo. Bien sabe que no podrá pagar, pero sabe también que nadie le prestará nada como no prometa formalmente devolverlo en determinado tiempo. Siente deseos de hacer tal promesa, pero aún le queda conciencia bastante para preguntarse: ¿no está prohibido, no es contrario al deber salir de apuros de esta manera? Supongamos que decida, sin embargo, hacerlo. Su máxima de acción sería esta: cuando crea estar apurado de dinero, tomaré a préstamo y prometeré el pago, aún cuando sé que no lo voy a hacer nunca. Este principio del egoísmo o de la propia utilidad es quizá muy compatible con todo mi futuro bienestar. Pero la cuestión ahora es esta: ¿es ello lícito? Transformo, pues, la exigencia del egoísmo en una ley universal y dispongo así la pregunta: ¿qué sucedería si mi máxima se tornase universal? En seguida veo que nunca puede valer como ley natural universal, ni convenir consigo misma, sino que siempre ha de ser contradictoria, pues la universalidad de una ley que diga que quien crea estar apurado puede prometer lo que se le ocurra proponiéndose no cumplirlo, haría imposible la promesa misma y el fin que con ella pueda obtenerse, pues nadie creería que recibe una promesa y todos se reirían de tales manifestaciones como de un vano engaño"


"Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio"
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